Jugadores recurren a tarjetas gráficas secundarias para contrarrestar la falta de compatibilidad con PhysX en las RTX 50
Recientemente, la decisión de NVIDIA de limitar la compatibilidad con PhysX en su nueva serie de tarjetas gráficas RTX 50 ha generado controversia entre la comunidad de jugadores. Esta decisión ha resultado en un rendimiento inferior al esperado en títulos que utilizan esta tecnología, llegando incluso a mostrar un desempeño por debajo de tarjetas gráficas de generaciones anteriores. Ante esta situación, usuarios han optado por una solución ingeniosa, aunque inusual: la incorporación de una segunda tarjeta gráfica a sus sistemas para ejecutar de manera óptima los juegos afectados.
Según un informe publicado en PC Gamer, algunos usuarios con tarjetas gráficas RTX 50 han decidido instalar una segunda GPU, específicamente modelos antiguos compatibles con PhysX, para mejorar el rendimiento en juegos que hacen uso de esta tecnología.
Un caso particular destaca la combinación de una RTX 5090 con una RTX 3050, logrando incrementos significativos en la tasa de fotogramas por segundo en títulos como Mafia II, Batman: Arkham Asylum y Mirror’s Edge. Esta estrategia, aunque pueda parecer extrema, ha demostrado ser efectiva para mitigar las limitaciones impuestas por la falta de compatibilidad con PhysX en las nuevas tarjetas de NVIDIA.
De la gama alta al ahorro: ¿Vale la pena una RTX 5090?
La ausencia de soporte completo para PhysX impacta directamente en la calidad visual de los juegos, afectando elementos como las partículas, la física de tejidos y otros efectos especiales. Pruebas realizadas por usuarios han demostrado que tarjetas gráficas más antiguas, como la GT 1030 o incluso la RTX 3080 Ti, ofrecen un mejor rendimiento en juegos con PhysX que las nuevas RTX 50. Un ejemplo sorprendente es el caso de Mirror’s Edge, donde la inclusión de una GT 1030 como tarjeta secundaria junto a una RTX 3080 Ti impulsó la tasa de fotogramas de 132 a 302 fps, una mejora considerable que evidencia la importancia de la compatibilidad con PhysX para un rendimiento óptimo.
Esta situación ha llevado a muchos jugadores a desempolvar sus viejas tarjetas gráficas para utilizarlas exclusivamente en el procesamiento de PhysX. Esta práctica, aunque no es nueva, ya que existían tarjetas dedicadas a esta tecnología en el pasado, resulta sorprendente en el contexto del lanzamiento de una línea de GPUs tan ambiciosa como la serie RTX 50.
El descontento generado por esta limitación se suma a otras controversias recientes en torno a las nuevas tarjetas de NVIDIA y plantea interrogantes sobre las decisiones de la compañía en el desarrollo de su hardware. La nostalgia por los juegos clásicos y la búsqueda de un rendimiento óptimo han impulsado esta tendencia, convirtiendo la incorporación de una segunda tarjeta gráfica en una solución para aquellos que no desean renunciar a la experiencia completa que ofrece PhysX.