AMD, con el poder de veto sobre el futuro de Intel
La incertidumbre rodea el futuro de Intel, con persistentes rumores sobre una posible venta de su división de chips a Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), el líder indiscutible del sector. Si bien algunos dentro de Intel se oponen a esta idea, argumentando que la compañía está al borde de un importante avance tecnológico en la fabricación de semiconductores, existe un obstáculo considerable para cualquier posible adquisición: AMD, el principal competidor de Intel, posee el derecho de bloquear cualquier compra de su rival.
Esta facultad se deriva de una cláusula incluida en un acuerdo de licencia cruzada firmado entre ambas empresas en 1982, en un contexto donde la arquitectura x86, base de la computación personal, estaba en sus inicios. El acuerdo permitía a ambas compañías utilizar y desarrollar esta arquitectura, asegurando su dominio en el mercado frente a otras tecnologías emergentes. La llegada de los PC con arquitectura ARM, sin embargo, representó una amenaza para el reinado de x86, reforzando la alianza entre Intel y AMD.
La ironía del acuerdo Intel-AMD: de aliados a rivales.
Según informes de TechSpot, la cláusula de 1982 otorga a AMD la capacidad de cancelar la licencia x86 si Intel es adquirida por otra empresa. Este poder de veto coloca a AMD en una posición privilegiada, pudiendo impedir cualquier transacción sin su consentimiento. En consecuencia, aunque gigantes tecnológicos como Broadcom o la propia TSMC se perfilen como posibles compradores, la oposición de AMD podría frustrar cualquier intento de adquisición. Un escenario de compra generaría inevitablemente un conflicto de intereses con AMD, dado su rol crucial en el ecosistema x86.
El potencial resurgimiento de Intel bajo la dirección de una empresa como Broadcom representaría una seria amenaza competitiva para AMD. Sin embargo, la actual crisis de Intel también podría perjudicar a AMD a largo plazo, dado que ambas compañías dependen fuertemente de la arquitectura x86. Este escenario abre la posibilidad de que AMD, en lugar de simplemente bloquear la adquisición, negocie beneficios estratégicos que fortalezcan su posición en la industria.
El dilema de AMD: ¿bloquear o negociar?
Entre las posibles demandas de AMD se encuentra una alianza con Broadcom para competir contra NVIDIA en áreas como Ultra Ethernet y la optimización de redes para aceleradores de inteligencia artificial. AMD también podría exigir la priorización de sus interfaces en clientes de AI ASIC y garantizar mayores volúmenes de pedidos para su división de manufacturas.
Si bien la adquisición de Intel por parte de otra compañía es un evento de baja probabilidad, debido a sus enormes implicaciones para la industria tecnológica global, la decisión final recae en AMD, el histórico rival que hoy tiene la llave del futuro de Intel. (Imagen principal: 3DJuegos)