Turbo Overkill: La Catarsis Ciberpunk Llega a Consolas con Frenesí y Motosierra
El videojuego no siempre busca la narrativa profunda que nos conmueva hasta las lágrimas. A veces, la necesidad de una descarga de adrenalina pura, bañada en plomo y coronada con un buen cigarro virtual, es la que prima. Y esa es precisamente la propuesta de Turbo Overkill, un título desarrollado por Trigger Happy Interactive que ha irrumpido en el panorama de los videojuegos con la fuerza de una motosierra a toda potencia.
Este festín visual, que rinde homenaje al adorado subgénero de los boomer shooters, debutó en Steam en 2023 con un éxito rotundo, cosechando elogios y una calificación sobresaliente. Recientemente, ha desembarcado en consolas, trayendo consigo la misma épica, la misma sobrecarga visual y un único desafío: la adaptación al mando para los jugadores habituados al teclado y ratón.
Si bien es cierto que las consolas actuales permiten la conexión de teclado y ratón, esta configuración se adapta mejor a jugadores experimentados en shooters y con el espacio necesario para dicha disposición. El jugador casual, por lo general, no dispone de estas facilidades. Precisamente por ello, la transición a Turbo Overkill en consola, una experiencia que Iván Lerner de 3DJuegos PC catalogó como superior incluso a DOOM, requirió una dedicación especial a la configuración del juego para alcanzar un rendimiento óptimo. La adaptación del control, tras años de experiencia en PC, exigió un proceso de ajuste que, sin embargo, valió la pena al sumergirse en las frenéticas horas de juego que ofrece el título.
Un Boomer Shooter con Sabor a Cyberpunk
El resurgimiento de los boomer shooters en los últimos años ha traído consigo una oleada de nostalgia y adrenalina. Pero, ¿qué define a este subgénero? En esencia, se trata de juegos de disparos en primera persona (FPS) que buscan emular la velocidad desenfrenada, la lluvia de proyectiles y las mecánicas de los clásicos de los 90. Sin recargas, con violencia explícita, un arsenal variado y diversión a raudales, Turbo Overkill se erige como un digno representante de esta corriente.
En Turbo Overkill, la narrativa se relega a un segundo plano. Eres Johnny, un antihéroe con muy malas pulgas, un coche parlante como compañero y una misión: aniquilar a una inteligencia artificial rebelde. El resto es irrelevante; la verdadera protagonista es la acción. El diseño de los escenarios, concebidos como auténticos patios de recreo para la masacre, invita al jugador a deslizarse, saltar y desatar el caos en zonas amplias o en otras más claustrofóbicas que añaden variedad a la carnicería.
Inspirado en titanes como DOOM, Quake o Duke Nukem, Turbo Overkill propone un recorrido lineal donde el objetivo primordial es avanzar eliminando a todo enemigo que se cruce en el camino, preferiblemente en el menor tiempo posible. Para ello, el jugador cuenta con un arsenal que abarca desde escopetas y ametralladoras hasta pistolas con disparos secundarios personalizables. Y como guinda del pastel, una pierna-motosierra que no solo permite desmembrar a hordas de enemigos con un dash a ras del suelo, sino que también potencia la movilidad del protagonista.
Frenesí y Parkour Cibernético
La velocidad es la esencia de Turbo Overkill. Mecánicas de parkour como el wall-running, dos dashes para evadir ataques o reposicionarse estratégicamente, y el uso constante de la pierna-motosierra se combinan para crear una experiencia sensorial abrumadora. La fluidez y la respuesta del juego a los movimientos del jugador son impresionantes. Con una física que desafía ligeramente la gravedad, los desplazamientos aéreos se convierten en un ballet macabro donde el jugador orquesta la danza de la muerte.
Además de la destreza en el combate, la optimización del personaje es crucial. En puestos comerciales dispersos por los mapas, el jugador puede invertir el dinero recolectado en mejoras cibernéticas para su cuerpo: desde ondas expansivas al aterrizar hasta modificaciones en la munición. Asimismo, cofres ocultos contienen piezas cibernéticas al estilo Cyberpunk 2077, que otorgan habilidades adicionales como la mejora de la pierna-motosierra para obtener un escudo con cada muerte.
El Reto del Mando
Llevar un shooter de la intensidad de Turbo Overkill a consolas presenta el desafío de la adaptación al mando. La «ayuda de apuntado» (auto-aim) se convierte en un elemento crucial, imprescindible para afrontar la vorágine de enemigos y la inherente falta de precisión del stick analógico. Sin embargo, esta asistencia puede resultar intrusiva para los jugadores acostumbrados al control del ratón en PC, generando una sensación de pérdida de control sobre la mira.
Para paliar este efecto, se recomienda aumentar la sensibilidad de la mira, si bien el auto-aim, aunque necesario, puede resultar chocante para los veteranos del PC. Trigger Happy ha implementado opciones de personalización, como la posibilidad de desactivar el auto-apuntado, un selector de ángulo de visión amplio y una gran variedad de ajustes de sensibilidad, para que la experiencia en consola sea lo más satisfactoria posible.
En definitiva, Turbo Overkill ofrece una experiencia recomendable para cualquier amante de la acción frenética. Su jugabilidad directa, su ritmo endiablado y una banda sonora a cargo de Nikola Nikita Jeremić, compositor de Cyberpunk 2077 y Destiny 2, son razones de peso para sumergirse en este universo ciberpunk. Disponible en Switch, PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox Series X|S y Xbox One, Turbo Overkill promete una descarga de adrenalina que no dejará indiferente a nadie.